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Cano Hernández, Sacramento Delfino LIBRE BAJO FIANZA

, por  Comité Cerezo México , popularidad : 1%

Testimonio de una detención arbitraria e ilegal de Sacramento Delfino Cano Hernández, preso en el Penal de Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oaxaca, Desde el 30 de noviembre de 2006 hasta la fecha.

Lo que se vivió en Oaxaca las horas y aún días después del enfrentamiento vivido en el centro histórico de ésta ciudad, causado por provocaciones fue un virtual estado de sitio: patrullajes intensos de carros y camionetas sin placa, ni rótulos; en los que individuos vestidos de civil pero con chalecos antibalas y pasamontañas, detenían y levantaban en dichos automóviles a todo tipo de personas incluso familias completas con todo y niños, sin embargo, los principales sospechosos era la gente joven con vestimentas obscuras o coloridas, de cabello largo o con mohawk, chicos en situación de calle o estudiantes, en todos los casos jóvenes.

La PFP en sus patrullas en el centro y subidos en taxis bloqueando las salidas en las colonias conurbadas, esto aunado a infinidad de allanamientos. Al día siguiente se había convocado a una concentración en CU y marcha hacia la Plaza de Santo Domingo, no se pudo concretar nada debido a que los levantones y detenciones ilegales persistían, al igual que los allanamientos a casas que se presumía simpatizaban con el movimiento social en Oaxaca y que se suponía albergaban a manifestantes. En la calle había más gente de civil armada que paseantes.

Es en ese contexto en el que se da nuestra detención.

Ana, una chica argentina, artesana, hábil en la elaboración de pulseras y aretes, controlaba las clavas y las cadenas; Poncho un tipo idealista, artesano también, catalán. Julieta y Carmen estudiantes de sociología, jóvenes, preocupadas por la situación social de su pueblo; Oscar, joven, risueño, trabajador, comprometido con su gente y yo, curioso aprendiz; nos encontrábamos en una casa ubicada en Brasil 400 esquina con carretera internacional en la colonia América Norte cerca del cuartel del ejército. Observando la situación que prevalecía habíamos decidido partir de esa casa, Ana y Poncho se irían al mediodía hacia una casa en el centro para recoger sus cosas que tenían encargadas y seguirían conociendo el estado de Oaxaca. Carmen y Oscar esperarían un poco en la ciudad pero en otro punto y después decidirían que hacer. Julieta y yo esperaríamos a que llegara su madre y saldríamos rumbo a la ciudad de México durante el transcurso de la tarde - noche. Aproximadamente a las 10:30 u 11:00 del día 30 de noviembre, Ana salió a un establecimiento de internet cercano, como se dieron las 12:00 p.m. y Ana no regresaba Poncho comenzó a inquietarse, se estaba haciendo tarde para que partieran; ante tal situación, Carmen y Oscar decidieron salir a buscarla ya que el establecimiento de internet no se encontraba alejado; como pasaba un tiempo aproximado de 30 o 40 minutos y ya que ninguno de los tres regresaba nos comenzamos a preocupar, Julieta iba a salir a buscarlos pero al abrir la puerta de la calle vimos que la cerró casi de inmediato porque nos dijo que había visto a un tipo vestido de civil y lentes oscuros hablando por celular en la esquina, no había pasado más de un minuto cuando observé que una camioneta de la PFP se estacionó enfrente del domicilio, del patio, me introduje al cuarto que habitábamos, Julieta estaba dentro y Poncho se movió hacia el lado izquierdo de la vivienda donde había un jardín pequeño.

Instantes después se escuchó el timbre, el señor que nos alojaba acudió a la puerta, se escuchó una pequeña discusión y preguntas sobre lo que había en las habitaciones, pasado un momento un hombre con lentes oscuros, marcas rojas en su rostro, corpulento, vestido de civil entró al cuarto donde estábamos, sin presentar identificación alguna, ni ningún papel, preguntó por nuestros nombres al escuchar el de Julieta dijo que sí, que era ella y se la pasó a un elemento de la PFP, que entró detrás del hombre de civil, después preguntó mi nombre y dijo que tenía orden de aprehensión y me entregó a otro elemento de la PFP sin presentar nunca documento alguno. Nos llevaron fuera de la casa, nos registraron y poco después los elementos de civil sacaron a Poncho, no vi y no recuerdo si fue entregado a la PFP o llevado por las personas de civil ya que nos encontrábamos siendo registrados puestos de cara a la pared de la misma vivienda. Yo fui subido a una camioneta de la PFP y Julieta en otra (existe una fotografía que comprueba lo dicho, presentada en el periódico, NOTICIAS DE OAXACA); dieron vueltas por algunas calles de la ciudad, en el camino los hombres vestidos de civil nos alcanzaron y subieron a la camioneta de la PFP bolsas obscuras junto con algunas pertenencias, hasta que nos introdujeron en unos separos que después me enteré eran parte del cuartel de la policía preventiva de Oaxaca. Nuevamente fuimos registrados, me despojaron de 160 pesos, una credencial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, mi cinturón y agujetas. Aproximadamente a los 5 minutos llegaron más elementos de la policía preventiva llevaban a Oscar y Carmen, a Poncho no lo he visto más.

Una persona que dijo ser un doctor me grabó en calzoncillos con una cámara preguntándome y revisándome visualmente si no tenía golpes o alguna adicción, Ya vestido otro individuo me tomó fotos de frente y de perfil, y datos generales, siempre fuimos custodiados por mínimo dos o hasta cuatro uniformados con armas largas. Estando Oscar ya en la celda el mismo doctor repitió lo que había hecho conmigo, cuando se estaba vistiendo entró un uniformado de policía preventiva con casco y chaleco afuera se quedaron 3 uniformados uno o dos con pasamontañas; sin dejar que Oscar se pusiera su camiseta le propinó un golpe en el estómago mientras los otros uniformados me decían que me acostara boca abajo en una cama de piedra; oí otro golpe y que a Oscar lo acostaban boca abajo en la cama de enfrente, no escuché que le preguntaba el uniformado a Oscar, pero sí oí que él preguntaba lo que le iban a hacer, el uniformado pidió una cubeta y un palo, cosa que le fueron llevadas de inmediato por uno de los uniformados que estaban afuera, volvió a hablar en voz baja con Oscar y después salieron de la celda; no me di cuenta cuanto tiempo transcurrió, pero no fue mucho, cuando regresaron Oscar y el uniformado con casco, ya me iban a colocar boca abajo cuando dijo que no, que ahora iban conmigo, me preguntó que si le iba a decir lo que el quería o que si iba a querer una calentadita, yo le dije que no sabía lo que quería, que tenía poco de conocer a Oscar y a las chicas, que no había participado en el enfrentamiento, me preguntó que si yo creía que él creería eso y después me levantó del cabello y me llevó al escusado de la celda en cuyo retrete había residuos de orina y heces fecales, me preguntó que si quería un pozolazo, yo le contesté que no, pero que seguía manteniendo mi dicho, me dio un manazo en la nuca y me dijo que me hincara enfrente del retrete, me dijo que lo iba a tapar más y que si no quería el limoncito y la sal, yo mantuve mi dicho, pidió a dos uniformados que entraran, yo mantuve mi dicho, me dio otro manazo en la cabeza, entonces fue que le habló a Oscar quién había permanecido boca abajo en la cama de piedra de un costado de la celda, le dijo que me explicara, que me hablara por mi nombre y que dijera lo que habíamos hecho; Oscar me dijo que le dijera al uniformado que Flavio Sosa nos había pagado 500 pesos por hacer destrozos, que habíamos quemado un camión y un edifico del corredor turístico y que lo dijera así porque en el otro cuarto me iba a ir peor; yo repetí lo que Oscar me había dicho, entonces el uniformado con casco me dijo que me iba a hacer unas preguntas que debía contestar inmediatamente y si no me daría un chingadazo; preguntó mi nombre, mi dirección, mis vecinos, titubeé y me dio un manazo en la cabeza, después me señaló que me dijera que Flavio Sosa y la doctora Berta me habían dado 500 pesos por ir a Oaxaca y hacer destrozos, que habíamos quemado camiones y el tribunal de justicia; después me levantaron, me taparon la cabeza con mi sudadera y me condujeron a un cuarto contiguo a la celda en el que había archivos y sillas arrumbadas, allí se encontraban tres guardias uniformados, una chica con un cuaderno y un tipo con cámara de vide; preguntaron mi nombre, dirección, nombre de mis padres y hermanos y que había hecho respondí que había sido contratado por Flavio Sosa y la doctora Berta por la cantidad de 500 pesos para quemar un camión y un edificio del corredor turístico; dicho esto me regresaron a la celda, no me di cuenta cuanto tiempo pasó, regresaron me esposaron y afuera de la celda me taparon otra vez la cara con mi sudadera, después sacaron a Oscar, a Julieta y a Carmen, así nos llevaron al patio, nos colocaron detrás de una infinidad de objetos, como fierros viejos y oxidados, botellas molotov, libros, algunas de las pertenencias personales que nos habían quitado en el registro y un tipo diferente a los anteriores con una cámara de video nos preguntaba el nombre, el lugar de origen y lo que habíamos hecho, repetimos lo que nos habían aleccionado, otras personas tomaron fotografías, habiendo repetido todo lo que nos habían dicho fuimos regresados a las celdas yo con Oscar y Julieta con Carmen, aún había luz del sol. No se cuanto tiempo pasó pero ya había oscurecido cuando uniformados nos pusieron una chamarra negra como las que ellos utilizan y con la capucha nos cubrieron los ojos, después nos subieron a una camioneta de la policía, tomaron unos tramos de terracería para después seguir por carretera.; no se cuanto tiempo pasó hasta que paramos en unas oficinas, allí nos estuvimos poco tiempo como 10 o 15 minutos, nos volvieron a subir a las camionetas y en aproximadamente 5 o 10 minutos estábamos en las puertas del CERESO de Miahuatlán.

Estuvimos en un área de acceso, no recuerdo cuanto tiempo y éramos llamados uno por uno para que se leyera el parte policiaco en el que se nos acusaba de ir manejando una camioneta robada, que nos identificamos como agentes judiciales, algo que no creyeron y que intentamos sobornar a los oficiales preventivos y como no aceptaron que los atacamos, con una barreta y con un cuchillo, acusándonos de robo en su modalidad de posesión, cohecho, portación de armas prohibidas, usurpación de funciones, resistencia de particulares y asociación delictuosa; fue cuando nos enteramos de lo que nos acusaban. Yo dije que no era cierto lo que decían y que mi detención se había dado en otro lugar y en circunstancias distintas de las que se mencionaban; le dije a la abogada de oficio que si se podía comunicar con mi hermana, incluso le dejé el teléfono, ella se comprometió a hacerlo, pero nunca habló. Nos ingresaron a los dormitorios aproximadamente a las 3:30 o 4:00 a.m. del viernes 1º de diciembre, cada uno en una celda con una colchoneta. La comunicación con nuestros familiares no se dio hasta que el viernes en la noche gracias a que un interno le prestó una tarjeta a Julieta que se comunicó con uno de sus familiares, su madre llegó el sábado antes del mediodía y ella les avisó a los familiares de los 3 restantes.

Hoy es viernes 8 de diciembre el trato tanto con los custodios como con los internos es normal, sobretodo después de la primer visita, con algunos internos más cordial, con otros es escaso, pero el ambiente es en general tranquilo. Julieta y Carmen fueron trasladadas al sector femenil el martes pasado y Oscar y yo estaos en el pasillo B, celda 5 con un maestro carpintero y un joven balonero ambos amables, el pasillo es tranquilo, la comida buena y lo más importante es que podemos recibir visitas todo el día hasta las 5 de la tarde y podemos vernos en la palapa del reclusorio; esperamos un caso difícil por que se dice que hay línea de mantenernos presos, no obstante el apoyo de la familia, los compañeros y amigos nos ayuda de gran manera legal, económica y sobre todo afectiva.

Sacramento Delfino Cano Hernández
México, D. F. A 26 de diciembre de2006.

Con fecha 9 de diciembre de 2006 la Juez del Juzgado mixto de Miahuatlán de Porfirio Díaz dicto auto de formal libertad a 2 de las acusadas (Julieta Cruz Cruz y Carmen o Maria del Carmen Fernández Xicotencatl) en todos los cargos; en caso de Sacramento Delfino Cano Hernández y Oscar Santamaría Caro se decreta auto de formal prisión como probables responsables de los delitos de portación de armas prohibidas y robo por equiparación, cometidos el primero en agravio de la sociedad y el segundo en perjuicio patrimonial de Miguel Ángel Ruiz Peña

Recurso de amparo contra el auto de formal prisión como probables responsables de los delitos de portación de armas prohibidas y robo por equiparación, con fecha 19 de diciembre de 2006


El 30 de noviembre fue detenido por elementos de la PFP, sin orden de cateo y de manera violenta, en un domicilio particular en la ciudad de Oaxaca, Sacramento Cano Hernández, estudiante de Filosofía en la FFyL de la UNAM, junto con Oscar Santamaría Caro de Oaxaca, Julieta Cruz Cruz y Carmen Fernández Xicoténcatl estudiantes de la facultad de ciencias políticas de la UNAM, quienes se encontraban refugiados debido al clima de represión y persecución que se vive en el Estado de Oaxaca.

La versión que dio, (PGJE) procuraduría general de justicia del Estado, sobre su detención: es que elementos de la policía preventiva detuvieron a cuatro personas el 2 de diciembre quienes se identificaron como miembros de la APPO, y se hacían pasar como elementos de la policía ministerial, a bordo de una camioneta liberty negra sin placas de circulación y reportada como robada, y que al ser descubiertos intentaron sobornar a los policías con 20 000 pesos, y al no aceptar el soborno los agredieron con tubos y navajas.

Los cuatro detenidos y la camioneta en la que viajaban quedaron a disposición del ministerio público en el reclusorio de Miahuatlan de Porfirio Díaz. Oaxaca
El 8 de diciembre le dieron auto de formal prisión a Sacramento Cano Hernández y Oscar Santamaría Caro, fueron procesados por robo y uso de armas peligrosas, desde luego que sin pruebas y basándose en una primera declaración que fueron obligados a firmar, para sustentar un montaje descarado por parte del gobierno de Ulises Ruiz Ortiz.

Desmentimos todos los cargos que se les atribuyen, su acusación esta llena de contradicciones, mentiras e irregularidades, por ejemplo; La existencia de evidencias fotográficas que comprueban que la detención se llevo a cabo por la PFP y en el expediente se declara que fue realizada por la policía ministerial; En la presentación de pruebas los policías ministeriales que supuestamente llevaron a cabo la detención, no se han presentado a ratificar sus declaraciones; se hizo un peritaje dactiloscópico donde las huellas encontradas en el interior de la camioneta no corresponden a ninguno de los inculpados.

Celebramos la liberación de Julieta y Carmen, acusada de los mismos delitos y liberadas el 8 de diciembre, lo que muestra una de las muchas contradicciones que hay en su caso, pero deseamos el mismo destino para Sacramento, Oscar y todos nuestros compañeros presos.

A Sacramento por tener 29 años lo hacen responsable directo de los supuestos crímenes, y le fijaron una fianza de 200 000 pesos, y la misma cantidad para Oscar, si deseas hacer aportaciones el número de cuenta es 5204163606939097 en Banamex a nombre de Roberto Cano Hernández.

Los que sabemos quien es el Sacra hijo, hermano, amigo, compañero, podemos decir que él es demasiado inteligente para cometer las estupideces de la que se lo acusan, lo muestran así las dos licenciaturas que estudio en la UNAM, Psicología con promedio de 9.13 y la licenciatura en Filosofía en la cual esta elaborando la tesis como ultimo requisito para su conclusión.

De lo único que se le puede acusar es de su franqueza demoledora, de su afán por asistir a las causas más desesperanzadoras, de su interés rabioso por conocer y analizar los problemas de su entorno y sobre todo por tener una fortaleza moral inquebrantable y fiel a sus principios. Además de la historia de apoyo solidario que ha construido
Por todo lo anterior decimos que Sacramento no está preso por ser un criminal, está preso por su forma de pensar, es un preso más por motivos políticos en este país.

Amigos y familiares de Sacramento

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