Indígenas asesinados, agredidos, robados y detenidos por la policía
El pasado miércoles 5 de abril, en la comunidad purépecha de Arantepacua, los policías asesinaron al menos a cuatro indígenas desarmados: Santiago Crisanto Luna, de 39 años de edad; Francisco Jiménez Alejandre, carpintero de (…)
Crisanto Luna, Santiago
Indígenas asesinados, agredidos, robados y detenidos por la policía
El pasado miércoles 5 de abril, en la comunidad purépecha de Arantepacua, los policías asesinaron al menos a cuatro indígenas desarmados: Santiago Crisanto Luna, de 39 años de edad; Francisco Jiménez Alejandre, carpintero de 70 años de edad; Luis Gustavo Hernández Cuenete, de 15 o 16 años, alumno en primer año de Bachilleres; y José Carlos Jiménez Crisóstomo, de 25 años, casado, con una hija y estudiante de enfermería en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Los cuatro murieron por efecto de las balas disparadas por la policía. En uno de los vídeos que han circulado, escuchamos los disparos y las voces de los agentes, entre ellas una que repite frenéticamente: “¡ya cayó uno, ya cayó uno!”.
La versión oficial es que los cuatro indígenas murieron en un supuesto enfrentamiento con la policía. Pero lo cierto es que no hubo exactamente un enfrentamiento, sino más bien una agresión contra los comuneros por parte de un espectacular destacamento de 400 agentes y un centenar de vehículos policiales, incluyendo 78 camionetas, 21 patrullas, 3 camiones y hasta un carro blindado tipo “rinoceronte”. Este ejército arremetió sobre la comunidad indígena con la mayor brutalidad y sin mediar ningún diálogo. Según los testigos, los policías no sólo dispararon indiscriminadamente sobre los comuneros, sino que derribaron puertas y quebraron cerrojos, allanaron decenas de casas sin orden judicial, robaron joyas y dinero, y golpearon a mujeres, ancianos y niños.
Michoacán 3.0