- Fabrican delitos para mantenerme preso, denuncia el líder Rubén Sarabia Sánchez
- Moreno Valle, «empeñado en destruir el movimiento popular urbano en Puebla»
- Una juez revoca su preliberación y ordena que reponga todos los años de las penas dictadas
Blanche Petrich / Periódico La Jornada / Domingo 11 de octubre de 2015, p. 6
Puebla, Pue.
El primer recuerdo que Tonathiuh Sarabia tiene de su padre, Rubén Sarabia Sánchez, mejor conocido por Simitrio Tzompasquelitl, es dentro de una celda tapiada: «Me acuerdo de una ventana cubierta con una lámina y una reja con tres candados; creo que yo tendría dos o tres años».
Su niñez transcurrió acompañando a su mamá Rita Amador y sus hermanos visitando al papá, primero en el Cereso de San Miguel, en Puebla, después en el penal de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, y finalmente en Almoloya. En 2001, luego de nueve años, logró el beneficio de la preliberación condicionada. Purgaba una condena de 25 años por el delito de secuestro que su defensa califica de «fabricado» por las autoridades locales para sacar de la escena política a este luchador social.
El emblemático líder del movimiento popular poblano fue detenido y encarcelado una vez más el 19 de diciembre del año pasado, cuando le faltaban 24 días para cumplir la sentencia que saldó con 11 años de confinamiento y 13 de libertad condicional. Una juez de primera instancia revocó el tratamiento preliberacional y le ordenó reponer todas las condenas que se le dictaron en los años 80, como si desde entonces hubiera estado prófugo y no a disposición del sistema penal. Según este cómputo, Sarabia Sánchez saldría de prisión en 2040, con 84 años de edad.
El caso de Simitrio es, según su abogado defensor, Samuel Porras, «la justicia al revés».
"Una piedra en el zapato de Moreno Valle"
En una carta, el dirigente preso explica a La Jornada:
«Los sucesivos gobernadores del estado se han empeñado en destruirme a mí, a mi familia y a la organización (Unión 28 de Octubre). Moreno Valle, con sus aspiraciones presidenciales, es el que más lo ha hecho. Para él soy una piedra en el zapato. Quiere demostrar a los inversionistas que es capaz de limpiar el terreno para que nada interfiera con sus intereses, ningún sindicato, ninguna organización popular. Y para lograrlo está dispuesto a todo, legal o ilegal.»
El penalista Porras explica que para consumar este último encarcelamiento el gobierno poblano echó mano de todo un compendio de atropellos. «Todas las actuaciones del quinto juzgado y de la Secretaría de Gobierno, hasta ahorita, son imposibles, según la técnica jurídica».
Esta vez se procedió no sólo contra Simitrio, sino contra uno de sus ocho hijos, Atl Rubén. Está preso por cargos de narcomenudeo. «Otro montaje», según la familia. Fue detenido el 22 de diciembre en el Distrito Federal por policías ministeriales de Puebla, después de una marcha de solidaridad con Ayotzinapa. Y otro más, Xihuel, tiene otra orden de aprehensión por la misma causa. Su esposa, Rita Amador, también dirigente de la Unión 28 de Octubre, tiene abiertas cerca de 20 averiguaciones previas y una orden de aprehensión desactivada por la misma juez que la emitió.
Atl es vendedor de ropa en Chiconcuac. El cargo de narcomenudista fue armado con la versión de un testigo anónimo. Sostiene que en su mochila le fueron sembrados ocho gramos de cocaína. «En tiempos de la represión a mi papá le sembraban armas para decir que era guerrillero. Ahora cambió la forma: nos siembran droga».
Hoy, Simitrio y Atl son dos de los 15 presos políticos en Puebla. La prisión de opositores y luchadores sociales ha marcado la gestión de Rafael Moreno Valle. No se trata sólo de los que hoy están recluidos. Muchos han pasado por alguna celda. Son más de 200 historias de persecución judicial como castigo a la disidencia.
Cuadro clínico
Simitrio, a sus 59 años, presenta además un cuadro clínico que, según el médico que recientemente lo operó, podría costarle la vida. Con cirrosis hepática, diabetes e hipertensión, bazo inflamado y bajos niveles de coagulación, el 30 de septiembre pasó por el quirófano para que le sellaran siete várices esofágicas que estaban a punto de reventar. Cinco horas después de la intervención estaba en su celda, sin pasar por cuidados postoperatorios.
–¿Por qué tanta saña?
Sarabia Sánchez, quien define su formación ideológica del pensamiento de Mao Tse Tung y sigue reivindicando sus simpatías por lo que fue la guerrilla de Sendero Luminoso y su «presidente Gonzalo» en Perú, responde: –Porque nunca he aceptado sobornos; nunca me dejé cooptar por ningún partido político. Porque somos de los pocos que seguimos señalando que el principal problema de México es el capitalismo dependiente y neocolonial y entendemos nuestra lucha de resistencia como oposición frontal contra la dominación de los grandes capitales.
De Rubén a Simitrio
Tonatiuh es abogado. Trabaja de defensor de su padre en el despacho de Samuel Porras. Cuenta que el sobrenombre de Simitrio lo adoptó cuando tenía 16 años y era perseguido político.
Simitrio ascendió hasta ponerse al frente de una organización de masas que fue factor de peso en las luchas sociales de las décadas recientes, no sólo con los comerciantes ambulantes y de mercados, los taxistas y camioneros e inquilinos de colonias populares, sino también de asesor en movimientos campesinos, obreros y maestros democráticos.
La primera vez que estuvo encarcelado fue entre 1974 y 1976. Tenía entonces 18 años. Fue apresado por segunda vez en 1989. Se le acumularon nueve procesos penales. Juntos computaban 121 años de cárcel, que finalmente quedaron en una sentencia de 25.
En 2001, sus abogados solicitaron el beneficio de la preliberación por buena conducta. Se le concedió por disposición del gobernador, entonces Melquiades Morales.
En 2011 regresó a Puebla invitado a la toma de posesión de un presidente municipal. Simitrio volvió a la actividad política. Y la Unión 28 de Octubre retornó a mostrar su músculo en la calle, aunque ya no con la influencia y capacidad de movilización que tuvo décadas atrás.
En los años 80, «la 28», como la llaman, fue factor de poder que incluso dejó huella en el diseño de la ciudad. En alianza con urbanistas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla lograron convenios para ubicar a sus afiliados en tres centrales de abasto, crear tres mercados «de apoyo» para la desconcentración del comercio y la eliminación del intermediarismo. Fueron varios los intentos de cooptar a un líder con tal capacidad de convocatoria. La membresía de la organización superaba 10 mil.
Aun con el líder preso, los embates del gobierno municipal contra el mercado Hidalgo persistieron.
«A la fecha, lo que este gobierno quiere es quitarnos el mercado», relata Simitrio. Y cuenta que en febrero del año pasado fue convocado a una reunión por el secretario de Gobierno de Moreno Valle, Luis Maldonado. Ahí, en privado, presionó: «Abiertamente me pidió que dejáramos la dirección del movimiento alegando que es tiempo de un relevo generacional. No aceptamos. Lo siguiente fue el golpe».
A fines de 2014, un agente del Ministerio Público poblano desempolvó un expediente donde un propietario de Tlaxcala denuncia el despojo de un terreno y sin pruebas cita el nombre de Sarabia. Esto desencadena una serie de maniobras que llevó al nuevo encarcelamiento del líder y la pretensión que vuelva a repetir su condena de 25 años desde el principio.
En esta situación se encuentra su caso. Su defensor Samuel Porras considera que mientras Moreno Valle sea gobernador la justicia para Simitrio podría ser inalcanzable. «En esta administración está demostrado que todo disidente que estorbe es encarcelado. Y sí, muchos detenidos salen cuando ganan en los tribunales sus amparos. Pero entre tanto ya pasaron un año en prisión».