Por: Johana Belén Sánchez Rojas (@johasbelen)
“En ajedrez se usa la palabra zugzwang para expresar que todos los movimientos posibles de un jugador son malos, las infinitas opciones que encierran sesenta y cuatro casillas no alcanzan para evitar el desastre; gustoso se quedaría uno quietecito, pero el tiempo es inexorable, nadie puede detenerse a contemplar la vida, ella, la vida, anda cabe con contra nosotros, todos…”
Enrique Guerrero Aviña, Puente Grande, Jalisco, 4 de julio de 2014.
Autorretrato. Dibujo realizado por Enrique Guerrero en Puente Grande.
¿Acaso estamos en zugzwang? pregunta desde el penal de Puente Grande, Jalisco, Enrique Guerrero Aviña, quien es maestro de ajedrez y estudiante de la UNAM, y que fue torturado y acusado del secuestro de dos sobrinos del Presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, en Oaxaca, caso que abordó Animal Político en una publicación del 28 de mayo de 2013.
A poco más de un año de lo sucedido, Enrique continúa preso, pese a las irregularidades que hubo desde el momento de su arbitraria detención, mismas que siguen ocurriendo.
Y es que no existe una confesión por parte de Guerrero Aviña, declaraciones o testimonios en su contra, no hay informe policial, aseguramiento o algún otro medio probatorio que permita presumir su participación en el secuestro o que forme parte de una organización criminal. A contrario sensu, se cuenta con el dictamen del vehículo en el que viajaba Enrique cuando los policías federales le dispararon antes de su detención; este dictamen indica que el auto presenta, entre otras cosas, rotura de materiales por producto de impacto de arma de fuego.
Asimismo, está el registro de llamadas telefónicas que realizó Guerrero Aviña a su madre, y los mensajes de texto en los que le informa que está siendo perseguido por personas armadas.
Además, del dictamen en materia de análisis de voz, realizado a una serie de grabaciones que supuestamente contiene los audios de negociación generados por el secuestro de los niños, se desprende que uno de los discos está vacío y el otro contiene una conversación que no guarda relación con el hecho ilícito, aunado a que ninguna de las voces corresponde a la de Enrique.
El caso de Enrique se hizo del conocimiento del relator especial sobre tortura de la ONU, Juan Méndez. Al presentar diversas violaciones a derechos humanos, y por tratarse de un caso de tortura, el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria O.P. A.C. (Centro Vitoria) presentó la historia de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en contra de Guerrero Aviña durante la visita a México del relator Especial de la ONU en abril del presente año.
En dicha visita el relator se reunió con organizaciones de la sociedad civil que acompañan casos de tortura; el Centro Vitoria habló sobre lo común y normalizado que es el uso de la tortura como método para obtener declaraciones auto incriminatorias o información, como lo sucedido con Enrique Guerrero. De acuerdo a la información que pudo obtener durante su estancia, considera que la tortura es generalizada en México en el sentido de que hay denuncias contra todas las corporaciones civiles o militares involucradas en detenciones.
Antes de partir, el relator presentó sus conclusiones preliminares en una conferencia en el Centro de Información de Naciones Unidas, y afirmó que le hubiera gustado poder decir que la tortura se aplica aisladamente en México, pero dijo que su obligación era alertar que hay en el país una especie de endemia de la tortura que hay que corregir.
Afuera, el “Comité Enrique Guerrero Aviña”, conformado por amigos, amigas y familiares de Enrique, en un acto pacífico exigieron su libertad; en ese instante, el personal que acompañaba al Relator se acercó a ellos para pedir más datos sobre su caso.
El proceso jurídico sobre su caso sigue, lento e injusto. La tortura no sólo la sufrió Guerrero Aviña, afuera también la viven sus familiares y amistades, quienes tienen que sortear adversidades emocionales, psicológicas y económicas para visitarlo, enfrentándose a un sistema de justicia que basa su efectividad en el número de presos y que considera que incrementando las penas reducirá la delincuencia.
Tal vez estamos en zugzwang, dice Enrique Guerrero, y se pregunta: ¿cómo llegamos hasta aquí, qué hacer y cómo? No sabe la respuesta, pero sospecha que cuando todas las jugadas posibles son insuficientes, le quedan aún las jugadas imposibles, los puntos de las tangentes.
Para conocer un poco más sobre Enrique y las actividades que se realizan en apoyo a su libertad, más información acá y acá.
Leer Más: http://www.animalpolitico.com/blogueros-la-dignidad-en-nuestras-manos/2014/07/15/el-inevitable-zugzwang-de-enrique-guerrero-avina/#ixzz37eZ9kb52
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