Les quiero dar las gracias por darme la oportunidad de unirme a ustedes, de aprender tantas y tantas cosas de sus tierras, de sus luchas y de sus dignidades.
No fui a Atenco porque sí, supe muy bien por lo que iba; supe que había que estar ahí, supe que era justa la lucha, que era justa la correspondencia... no me arrepiento de haber estado, no me arrepiento de haber sufrido, pues puedo ahora dar mi voz a los cuatro vientos. No me arrepiento de poder explicar al mundo lo que el gobierno mexicano hace con las gentes que luchan por un mundo justo; la manera de callarlas, lo que nos hacen a las mujeres...
Tengan mucha fuerza tras esos muros, no vamos a parar hasta que sus cuerpos sean libres, y es que les necesitamos fuera. Necesitamos en las calles a todos los corazones fuertes, justos y dignos.
Estamos luchando en Europa; en Barcelona, en Madrid, en Valencia, en Italia... peleando con ayuntamientos y parlamentos. Estamos luchando porque la gente conozca al gobierno mexicano, porque sepan a qué clase de gente tienen encerrada, cuánto amor tienen por regalar ...
Ojalá tengan lindos sueños, llenos de colores, ojalá cierren sus lindos ojos y vean a miles de gentes alzando la voz en tantos sitios del mundo; luchando por la justicia, por el mundo que queremos, por un mundo en el que quepan muchos mundos... por la libertad.
Ojalá lo sueñen así, porque así es; y porque cuando despierten nos vamos a ver bajo el cielo abierto y vamos a caminar todxs juntxs... ojalá puedan escuchar el grito de... ¡¡¡Presos Políticos Libertad!!!
Pienso tanto en ustedes... cada día, cada minuto les tengo en mi cabeza y en mi corazón. No están solxs, tienen a sus amigxs, a sus famílias y tienen también, tras fronteras y océanos a miles de personas que luchan en su misma causa y que se pronuncian por sus libertades.
No lo olviden, no están solxs, no estamos solxs... nunca lo vamos a estar, ni dentro ni fuera.
Reciban un abrazo infinito desde el otro lado del océano, pues no hay distancias para ello. Recíbanlo, reciban el calor... les estamos abrazando, aunque gritamos y luchamos nunca olvidamos la ternura... está en nuestra piel, en nuestra mirada, en nuestros días...
Les quiere,
Cris.