A MIS COMPAÑERAS
Mi hermana, hija, compañera, madre, a ti mujer quien ha sostenido la mitad del universo.
Que tu voz se vuelve trino y relámpago de lluvia,
que rompe mi semilla en amor por ti
y en auroras tibias un beso te regala el sol,
mi amanecer ya no es incierto, pues lo iluminas tu
con tu rostro y tu sonrisa
que se vuelven estrellas en mi corazón.
Tus manos alivian mi dolor y construyen
la esperanza de futuros nuevos.
Y en tu mirada nacen primaveras
que deshielan mi amargura
y en su cauce
forma ríos para saciar la sed de nuestros hermanos,
de nuestro trigo.
Pan y miel es tu mirada
como surco y agua son tu vientre,
como el amor que te debo.
¡A ti mujer por siempre!
que me das aliento para trascender
mi hermana, hija, compañera, madre.
A ti mujer!
por los rumbos que me enseñas, en plegarias
de silencios que se ahogan con lágrimas en tu pecho,
en silencio, sin perder la fe.
A ti mujer.
que rompes las noches con sollozos de tristezas
por tu hermano, por tu compañero, por tu hijo,
por el desaparecido, por el perseguido, por el masacrado.
por el que está en prisión, ¡por tu pueblo!
Nada alcanzaría para mitigar tu pena, para aliviar tu dolor,
Decirte que te quiero no basta, simplemente no sirve de nada porque tan sólo son palabras!
A ti mujer; hermana, hija, compañera, madre!
nada tengo que ofrecerte, porque nada encuentro equivalente a ti. Porque tu representas todo!
¡Compañera, hermana, hija, madre!
¡Mujer!
NACHO.
CEFERESO No. 1 Altiplano antes “La Palma”