Pero la tortura no se ha acabado, al principio nadie quiso levantar mi denuncia por violación, el médico legista no quiso certificar mis heridas vaginales, y no tuve atención ginecológica por parte del penal, cuando lo solicité en muchas ocasiones.
El 25 de mayo levanté mi denuncia ante la Fiscalía especial para la atención de actos relacionados con la violencia hacia las mujeres, perteneciente a la PGR (Procuraduría General de la República), pero la ginecóloga que me revisó, me aseguró que ya no tenía nada, sin embargo una semana después, el 1ro de junio, la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) trajo atención ginecológica para todas las compañeras, y cuando me revisaron me dijeron que a pesar de haber transcurrido casi un mes de la violación aún tenía desgarre y una fuerte infección vaginal.
Ahora ya recibo medicamento, mis heridas físicas ya están sanando, pero las psicológicas pienso que jamás lo harán .
Es indignante que alguien pueda pensar que mentimos al asegurar que fuimos violadas. ¿Cómo podríamos inventar algo así?
El que no sea fácil reconocerlo no significa que vamos a callar y generar más impunidad.
He escuchado que hay gente que dice que si hubiéramos sido atacadas sexualmente, nos daría pena decirlo, y yo quiero contestarles que vergüenza deberían tener los que nos torturaron psicológica, física y sexualmente, y por supuesto quien dio la orden para que lo hicieran. Nosotras jamás podríamos sentir vergüenza, lo que sentimos es rabia, por tanta injusticia, por lo que sufrimos tod@s, porque ahora también nos etiquetan como delincuentes; y aún much@s permanecemos pres@s.
Yo no pienso, a pesar de todo, quitar mi denuncia, y no porque crea que en la justicia del gobierno, sino porque no pienso quedarme callada.
Que nadie piense que las mujeres de alguna forma, podemos ser frágiles y sumisas, es por eso que mando este escrito, no quiero que haya fundamento para que sigan diciendo que no hay denuncias o que no hay prueba.
Intentaron amedrentarnos, pero no pensaron que estas mujeres a las que torturaron en todos los sentidos tuvieran la fuerza que hemos demostrado, pero somos demasiado dignas como para quedarnos calladas.
¡PRES@S POLÍTIC@S, LIBERTAD!
Atentamente:
Presa política
¡Abajo y a la izquierda!
Santiaguito, Almoloya