Amenazas y hostigamiento contra Carlos Yéffim Jerónimo y Juan Contreras
El sábado 23 cientos de personas marcharon al grito de «Juárez no es cuartel, fuera ejército de él».
Entre otras organizaciones, participó el Frente Nacional Contra la Represión.
Mi hijo, Carlos Yéffim Jerónimo y su camarada Julián Contreras, participan en esa organización.
Sólo por eso, el lunes 25 su vivienda fue rodeada por una fuerza armada exagerada, más de 20 efectivos en tres vehículos.
Esa noche, no le dieron importancia, pues sabido es que en esta entidad «convivimos» cotidianamente con los militares.
Pero hoy le llamó el dueño de la casa, diciendo que gobernación le había telefoneado a su vez, para investigar si «ahí había una casa de seguridad (sic, por aquello de que eso escasea mucho hoy en día) o el cuartel de un grupo subversivo».
Esto sí nos preocupó.
A mis hijos los conozco porque hemos militado juntos durante muchos años. No tienen nada que ver con el crimen, y tampoco han desesperado al grado de intentar las armas para el cambio radical de esta sociedad, pues todavía consideramos que esa transformación vendrá con un amplio movimiento de masas que poco a poco se está articulando. Y, para ello, trabajan ambos.
Por lo tanto, denunciamos los hechos descritos como un intento de amedrentarnos; una confesión expresa de que la movilización del sábado les dolió y un intento de medir nuestra disposición a la lucha.
Pero todo ello es ilegal, así que responsabilizamos al estado mexicano, a su usufructuario, Felipe Calderón de lo que nos pueda suceder y, desde ahora, rechazamos cualquier intento de calumniarnos, pues hoy por hoy, los asesinados, secuestrados o levantados, inmediatamente son descritos como soldado del crimen. Mi hijo es absolutamente pobre, tanto que a veces no tiene ni para transportarse. Ello, en este país, es suficiente prueba de que está lejos de los turbios negocios de las mafias y sus réplicas en el poder.
No desistiremos. Fuera ejército de Chihuahua.
Fraternalmente,
Luis K’Fong