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CARTA del compañero Librado Baños, a un año de injusta prisión

Martes 16 de septiembre de 2014, por Comité Cerezo México

A los defensores y defensoras de derechos humanos
A las organizaciones sociales, colectivos y frentes
A mis hermanos y hermanas
A mis hijos e hijas

Se cumple ya un año de mi encierro en este frio lugar, un año de rabia y de indignación pero también de resistencia, un año lejos de casa, de la comunidad, de mis hermanos y mis hijos, un año que transcurre lento, que duele, que cala en los huesos; pienso y escribo, recuerdo y sueño, durante estos 35 días transcurridos en este encierro me alimentan los recuerdos, las risas de los niños y niñas de la comunidad, las palabras de aliento que traen los compas cada que pueden venir a verme; las palabras y abrazos de mis hijos e hijas… sigo vivo, sigo firme, sigo soñando.

Me mantiene el recuerdo de las pláticas de los jóvenes universitarios en los pasillos de la facultad, sus cuestionamientos en clase, su ímpetu y sus energías que alimentaron mis años como su profesor, las largas charlas y discusiones en el plano académico con mis maestros y compañeros catedráticos de la universidad de Guerrero, la combativa lucha de los campesinos en Guerrero y la incansable perseverancia de las colonias populares en Acapulco con los que tantos caminos recorrí, organizando, planeando, actuando y soñando; Me mantiene resistiendo la lucha por nuestros derechos, el proyecto de comunidad que sembré en Pinotepa junto a cientos de manos que como yo, creyeron que otro mundo es posible, que no solo se trataba de resolver la problemática de vivienda de cientos de familias pobres, sino que se trataba de construir juntos una identidad, un hogar, una vida digna para ellos y ellas, y sus hijos e hijas, enseñarles a construir, gestar juntos desde las entrañas de nuestros hogares el trabajo colectivo y la conciencia de clase; Y así nacimos todos y todas, al calor de las luchas y la colectividad que nacía con nosotros y digo nacimos porque nací con ellos y ellas, y todo lo que había aprendido con anterioridad se guardó para reeducarme con ellos y ellas, compartiendo con diferentes culturas, colores, religiones, pensamientos, emociones y tristezas, no fue fácil, pero aprendimos e hicimos el acuerdo de que jamás el color de la piel, el sexo o los dioses nos separarían, que hoy nos unía algo más fuerte que ello, nos unificaba la razón y el derecho, la necesidad y la vida. La salud, la educación, el trabajo, la vivienda y la seguridad eran derechos que se nos habían negado durante siglos y hoy nos unía el coraje de luchar por ellos.

La lucha que hemos dado juntos me mantiene de pie, a más de un año que el Estado y Gabino Cué pretendieron y aún siguen pretendiendo despersonalizarnos, desmoralizarnos y destruirnos, hablo en plural porque lo mismo ocurre con mis compañeros Felipe y Teófilo; Nos alejaron de nuestras familias, de nuestras hijas e hijos, de nuestras esposas, perdimos nuestros trabajos que daban sustento a nuestras familias, nos alejaron de los juegos y las risas de nuestros hijos, de las caricias sanadoras de nuestras madres, del abrazo reconfortante de nuestras esposas.

Desde aquí agradezco a todos los hombres y mujeres dignos que han acompañado la lucha de nuestra comunidad, a los defensores y defensoras de derechos humanos que han abrazado nuestra defensa, a nuestros hermanos y hermanas de lucha que prestan su voz a nuestro grito de justicia y libertad, a todos y todas: GRACIAS.

A mis compañeros de la comunidad les digo que yo resisto, que yo sigo firme, que no se cuánto tiempo se digne el Estado a tenerme aquí, pero que eso no importa, importa la lucha, que continúe, que no muera, que florezca… porque solo entonces abran valido la pena las horas de soledad en esta prisión.

A mis hijos e hijas: Deyanira, Tania, Lenin, Camilo, Itzel y Arafat, les digo que no se preocupen que estoy bien y que estaré mejor en la medida que no abandonen sus sueños, que luchen y defiendan su derecho a la vida y a la libertad; sepan que su padre les ama profundamente y que lo único que me pesa es no poderlos abrazar, caminar y platicar durante horas como solíamos hacerlo, pero el recuerdo de sus rostros y el de mis nietos me alimenta, les amo y les bendigo en cada uno de sus pasos.

Gracias a todos y todas los que han estado al pendiente de nuestros proceso jurídico, gracias a los y las que acompañan a nuestras familias en este difícil camino, pese a que los jueces federales en los juzgados 4º y 8º se empeñan en obstaculizar nuestros procesos porque evidentemente trabajan bajo una línea política de Estado que criminaliza a los que luchamos por nuestros derechos, pese a ello seguiremos luchando y exigiendo justicia.

“El problema no consiste en caer prisionero, en no entregarse reside todo el problema”

Desde la Penitenciaría Central de Santa María Ixcotel, Oaxaca

Fraternalmente
Librado Baños Rodríguez
Preso Político y de Conciencia
UCIDEBACC

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